lunes, 1 de junio de 2009

El porque de la eliminacion de Nadal


Por Paola Suarez
Contrapiés, contrapiés y más contrapiés. Soderling hizo sufrir a Nadal con una táctica de juego idéntica a la que utilizó Nalbandian cuando consiguió ganarle al español. Nunca nadie, aparte de estos dos jugadores, había sido capaz de llevar a cabo esta estrategia que es la más favorable cuando se enfrenta a un Nadal que es el Rey del físico en el circuito y muestra más dificultades para desplazarse a contrapié que de punta a punta. Dicho así puede parecer demasiado sencillo, pero las cosas son mucho más complicadas. Y es que habitualmente, Rafa ni siquiera ofrece la chance a sus rivales de ejecutar la estrategia que habían planificado previamente porque, además, el ritmo de juego del español es tan alto que sus rivales muchas veces se ven contra las cuerdas y jugando a lo que Nadal los deja y no a lo que ellos querrían... Realmente me sorprendió muchísimo la capacidad que tuvo Soderling para jugar todo el partido con una misma táctica, pero más aún me sorprendió el nivel de concentración que mantuvo durante los cuatro sets. En el segundo, si recuerdan, cuando estaban 5-6 con saque de Nadal, Soderling erro dos derechas consecutivas para perder ese game y también cometió cuatro errrores no forzados consecutivos en el comienzo del tie break. Es decir, seis errores no forzados seguidos en un momento clave del partido, ya que tenía la posibildad de ponerse 2 sets a 0. Sin embargo, terminó perdiendo el tie break con demasiada facilidad. Y esos son los momentos en los que Rafa habitualmente aprovecha esa pequeña debilidad de su rival para marcar una diferencia irrecuperable. Pero Soderling no estaba dispuesto a ello y arrancó el tercer set con la misma claridad mental y solidez que había jugado todo el partido excepto el tie-break. No se dejó llevar por el entorno (estar en la cancha central de Roland Garros) ni por su rival (el rey de París) y siguió con su trabajo meticuloso hasta que tuvo a Rafa contra las cuerdas. Soderling jugó de una manera que sorprendió a todos, incluso a Rafa, que durante muchos momentos del partido se lo pudo ver haciendo gestos de desesperación y frustración, porque definitavemente no encontraba solución a la táctica de juego que le estaba planteando Soderling. Nadal hoy no fue Nadal, porque Soderling no lo dejó. El español jugó mal porque Soderling no lo dejó jugar bien. No lo dejó encontrar la forma de dominar con su juego a través de esas derechas altas cruzadas que tanto incomodan a sus rivales. Y, además, no le permitió encontrarse cómodo en sus desplazamientos porque le rompía el ritmo una y otra vez con esos contrapiés ejecutados a la perfección por el sueco. De más está decir que Rafa salió por la puerta grande de París a pesar de esta derrota tan inesperada, porque nunca bajó los brazos y volvió a mostrar una vez más que su actitud es impecable y que, tanto él como Federer, muestran tanto en sus victorias como en sus derrotas que son auténticos números 1 dentro y fuera de la cancha.

Fuente ESPN

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